Fundación Zaquenzipa

Bienestar desde el Pensamiento Ancestral

La cultura muisca ha sido considerada como una de las más emblemáticas de la nacionalidad colombiana gracias a la zona geográfica en donde habitaron sus hablantes. Recordemos que fue en la zona central de la actual República de Colombia en donde la sociedad muisca dio vida a un mundo cultural que sólo conocemos parcialmente, ya que su desarrollo fue truncado por los acontecimientos históricos. Fue en este sitio en donde el imperio español estableció sus reales y en donde se fundó la sede central del gobierno colonial, nefasto para los grupos aborígenes. La historia permitió que la Real Audiencia cediera el paso al gobierno de la Gran Colombia y los hechos políticos determinaron que la actual República de Colombia tuviera aquí mismo la sede central del gobierno, acontecimientos que ocasionaron la suplantación de esta cultura nativa.

No obstante, la nueva sociedad cundiboyacense, resultado de esta atropellada fusión cultural, ha conservado, aunque veladamente, muchos rasgos de la cultura aborigen que han querido ser borrados en algunas épocas, pero que hoy son objeto de reconocimiento, estudio y divulgación.

Es así como ha surgido una identidad étnica en diversos sectores de la población cundiboyacense traducida en el interés por revivir todo rasgo cultural que pudiera rescatarse de las tradiciones vivas o de los documentos históricos que nos hablen de ese pasado aborigen. La fidelidad por reafirmar los vínculos ancestrales en muchos individuos que se sienten herederos de los indígenas muiscas ha despertado el deseo de hablar la extinta lengua muisca. Pero no solamente los colombianos cundiboyacenses, también investigadores de otros países han considerado importante estudiar dicho idioma y tras investigaciones serias y metódicas han logrado aproximarse a las estructuras gramaticales. Entre ellos tenemos al lingüista inglés Nicholas Ostler, presidente de la “Fundación para las lenguas en peligro de extinción” (Foundation for Endangered Languages) con sede en Bath, Inglaterra, y al profesor argentino Facundo Manuel Saravia, este último autor de la presente cartilla.

El profesor Saravia es argentino de nacimiento, americano de corazón y, podríamos decir, colombiano por sus obras. No sólo se enamoró de una mujer colombiana con quien formó una familia en pleno territorio muisca, sino que también se enamoró de la lengua indígena que se habló en esta región en épocas prehispánicas. Su interés y empeño lo llevaron a consultar a quienes algo habíamos escrito sobre dicha lengua, a investigar y a estudiar las fuentes primarias y, como por fortuna, el alumno supera al maestro, logró rescatar en términos modernos algunas estructuras del muisca que estaban difusas en las gramáticas elaboradas por doctrineros del siglo XVII.

Siendo el profesor Saravia pedagogo de profesión ha elaborado un sistema didáctico y concatenado, con herramientas tecnológicas de vanguardia, para conducir paso a paso al futuro aprendiz de esta aproximación a la lengua muisca. Porque es necesario aclarar que la gramática que expone es un sistema aproximado y tentativo de estructuras vinculadas de la forma más estrecha posible con la lengua prehispánica. Su investigación y método pedagógico no pretenden revivir la lengua de los antiguos muiscas o chibchas; él sabe muy bien que la idea de “resucitar” o “recuperar” la lengua muisca es sólo un ideal inalcanzable ya que las gramáticas que se conservan desde la época de la Colonia no muestran sino un pequeño esbozo del habla de los indígenas de Santa Fe, esbozo presentado, además, tras las rejas de las estructuras del latín. Y es que los conocimientos del siglo XVII no enseñaban otra cosa; las lenguas latina y griega eran el patrón por el cual debían diseñarse las gramáticas de otras lenguas. Era el único lente por el cual se podían observar los diferentes sistemas de comunicación y por lo tanto, toda gramática debía forzarse para que se ajustara a los patrones del latín o del griego.

En esta forma, las gramáticas del muisca elaboradas por los doctrineros coloniales no nos permiten ver sino una parte de la lengua vernácula y es al investigador al que le corresponde desentrañar las posibles características del sistema lingüístico muisca con ayuda de diversas herramientas teóricas. Así, el resultado es una aproximación a la lengua que hoy ya está muerta. Es esculpir una escultura con base en descripciones teóricas del modelo. No será idéntica al modelo, ni mucho menos el modelo mismo; por lo tanto, el resultado no será el fiel retrato del personaje original. Pero la investigación lingüística que crea un sistema gramatical hipotético y la investigación pedagógica que crea un método didáctico que busca darle vida a esa hipótesis no son los únicos componentes del trabajo del profesor Saravia. A estos dos aspectos se suma la investigación etnográfica en cronistas de Indias y en estudios modernos publicados por reconocidos antropólogos y etnohistoriadores de la cultura muisca. De tal suerte que el estudiante-lector no sólo irá conociendo estructuras lingüísticas sino que a la vez irá aprendiendo elementos etnográficos, pues el léxico y los ejemplos gramaticales son un reflejo de la vida diaria del antiguo pueblo muisca.

Esta cartilla, que nos honramos en presentar, constituye el primer nivel de enseñanza-aprendizaje de lo que pudo haber sido la lengua y la cultura de una parte de los antiguos pobladores de la zona central de Colombia. Es el primer intento riguroso y metódico de traer al presente la unidad lengua y cultura de un grupo humano que habitó nuestra patria. Por lo tanto, aplaudimos el acierto de la Fundación Zaquenzipa de haber apoyado este esfuerzo, y esperamos con optimismo que lleguen a ver la luz pública el segundo y el tercer nivel de este método que ya está elaborando el profesor Facundo Manuel Saravia.




María Stella González de Pérez

Lingüista





Chía, 25 de febrero del año 2015


Presentación